Creo
Todos cometemos errores. Actuamos sin pensar en las consecuencias y exprimiendo la libertad que nos pertenece. Somos inmaduros, inconscientes... Y escribimos capítulos en nuestras vidas que, tal vez, si pudiéramos, preferiríamos borrar. Pero el tiempo transforma a las personas. Los años enseñan, pesan e, incluso, duelen. Nadie es el mismo que algunos años atrás, para bien o para mal. Por eso, no creo en los juicios infinitos ni en las condenas defendidas por quien no conoce a quien las sufrirá. Creo en las segundas oportunidades, en que quien no supo querer probablemente ya sabe y que quien más se equivocó ya es un maestro de rectificar.
A veces, sólo a veces, una segunda oportunidad es un segundo dolor.
ResponderEliminarSigo tus buenas letras, amiga.
Un beso capitalino!
Pero a veces, sólo a veces, necesitamos segundas oportunidades para demostrar quiénes somos realmente. Gracias por estar ahí :)
EliminarUn beso!
Amen!...tan bien dicho como debia y podia ser.
ResponderEliminarSaludos, Nahuel.