Siete de siete

Una vez más la cama elige la Amanita muscaria que hace su área grande y mi mundo pequeño. Hace tiempo que los días son presente y punto, que el pasado no sirve para convalidar ni para rellenar paréntesis en 90 grados. El futuro tampoco es útil para limar lo áspero de los domingos por la noche ni para dar sentido a un snooze para uno. Volvemos a convencernos de que quedan tan pocos que se pueden contar con los dedos de una mano, a ver si así ahogan menos el lunes y sus miedos.

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