Desde aquí

Llegó el día en el que sales del nido. Por todos es sabido que ser mayor de edad conlleva cambios y grandes pasos. ¿Y qué eres tú sino mayor de edad?
No malgastemos fuerzas culpando a tus piernas de casi medio siglo por cabeza, ni precisamente a ésa, que decide cambiar de mundo en un click de vez en cuando. Tu larga vida se ha grabado en surcos en esa preciosa cara, alrededor de esos ojitos que se ponen pillos y brillantes cuando algún chascarrillo de los tuyos se te escapa y de ese cuello en el que las cosquillas te convierten en un ser aún más vulnerable.
Hoy es el día de abandonar el nido por ti, porque a cada flor hay que darle unos cuidados y tú eres la más valiosa y delicada de nuestro jardín. Ojalá fuéramos todos expertos en botánica y tuviéramos la capacidad de darte todo aquello que mereces, pero esperamos que comprendas que esta preocupación que nos encoge hoy es el mejor regalo que sabemos hacerte.
Hoy no dormirás sola. En uno de esos muros se sostiene un cuadro malgache que velará por ti. Es mi forma de apretarte la mano fuerte y de hacerte cosquillitas en el brazo hasta que te rindas al sueño. ¿Y mañana? Mañana a batallar de nuevo, como siempre has hecho, como siempre haremos.