Regreso
Hola de nuevo. Hace varias semanas que no paso por aquí. Es curioso, porque siempre dije que, cuando más escribía, era cuando estaba atravesando un momento complicado. De hecho, siempre he sostenido (y sostengo) que los grandes cantautores y poetas llevan melancolía y dolor en sus venas.
Perdóname, porque no creo versos ni canciones, pero si no he venido a verte es porque una de esas fases en blanco y negro fue cabeza de cartel.
Bisturí y tus mayores miedos al descubierto. Nunca estuve más desnuda, y no fue por ese trozo de tela de la vergüenza que te dan en el backstage. Toda una carpeta de papeles por el suelo y un futuro al que se suman plástico y metal. A partir de ahora somos Mobi, yo y mis circunstancias.
He rehecho la agenda prescindiendo de lo que no fuera calidad y calor. No me sirve un teléfono mudo en momentos donde llegan a faltar el aire y las palabras, así que he confeccionado la lista de invitados a mi fiesta de la vida una vez más. De algo tenía que servir un momento como éste, ¿verdad?
No hace falta que preguntes.
Sí, por supuesto, tú estás invitado.
Gracias por esperar mientras yo desesperaba.
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