(Re)paso

Me sentó en sus rodillas como solía hacer años atrás. Años digo... Ya son décadas las que comienzan a desteñir las raíces. Y parece que fue ayer. 
En ellas me acomodé. Tanto como quien tras horas vagando entre hielo respira la humedad de su refugio, como el niño que llega a "casa" y sabe que nadie va a poder lograr que pierda el juego, como el que se esconde bajo las sábanas creyendo que ningún fantasma las podrá traspasar.
Y con ese olor a bicicleta de verano me dijo: "Retrospectiva". Y, pregunta tras pregunta, fue desempolvando recuerdos como hiciera aquella muchacha de Montmartre. 

Y de pronto todo sonó a decisiones, a senderos aparentemente insignificantes que acabaron siendo autovías hacia la persona que soy hoy. La que se sienta en sus rodillas con unos kilos de más y unas ganas de menos. O con unos kilos de menos y tantas ganas de más... Depende de para qué. Depende de para quién. Y hay tantos quiénes para los que las ganas se esfumaron como quiénes para los que siempre sobran las ganas.

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