Dejándome desenredar
Los tirabuzones en el tiempo son imprevisibles, y te hacen gritar como el looping que te emborracha de cinética aprovechando tus ojos cerrados.
¿Tramposo?
No.
Tú te lo has buscado. Tú subiste. Tú te abrochaste el cinturón y decidiste vivir a ciegas. Fuiste tú. Siempre decides tú. No culpes al entorno ni creas en el destino, porque éste no es más que el fin escrito con rotulador permanente usando como tinta tus decisiones.
Y sí, es cierto que últimamente sólo canturreo aquella canción que hace algunos días me hizo saltar a mi manera. "...pero ahí estoy, dejándome enredar". Y me enredo, me enredan. Me dejo enredar una y otra vez. Pero tanto placer da enredarse como acabar con el último de los nudos y ser capaz de ignorar las sobras de aquello que siempre sobró.
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