Iris negro
No me mires a los ojos sin decir una palabra. Soy capaz de indagar tanto en tus pupilas que necesito concentrarme en tu voz para no leer la verdad en ti. Cuéntame historias, repite cuentos, inventa mentiras... Pero nunca me mires en silencio, porque entonces no podré seguir viviendo en el recuerdo de cuando aún me querías y podía mirarme en ti.
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