Punto

Érase una vez un círculo diminuto. Tan diminuto, que hasta el nombre le venía grande. Nadie sabe por qué, comenzaron a llamarle "punto". Podría parecer insignificante, pero pocos círculos, por muy grandes que sean, tienen el mismo poder. Era capaz de desenvainar distintas espadas y, eligiendo filo y empuñadura, determinaba si una historia debía quedar en el aire, cuándo debía continuar o cuándo iba a ocupar un cajón del pasado. Tan poderoso era, que consiguió ser inmortal, y generación tras generación hizo de las suyas, jugando con las biografías de quien osaba - qué valientes - vivir.
Muy pocos consiguieron domarlo y - nuestro turno - ha ido a toparse con los más débiles de todos.


Comentarios

  1. y punto¡
    tan pequeño y tan grande, como el punto y final¡
    un besazo

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