Tormenta de verano
Puedes enamorarte de la lluvia aunque padezcas adicción al Sol.
No intentes resistirte a las enredaderas de agua, a la humedad que te empapa los huesos, a los resfriados perpetuos ni al dolor. Aunque aún no lo creas, encontrarás el placer en vestir pañuelos, en no conciliar el sueño y en que sólo te importe a ti.
No importa cuánto luches contra ello, ya eres presa de su celo; niña de pelo eterno, pronto echarás raíz.
Me encanta esa dualidad lluvia/sol. Y ese impulso de quererlo todo!
ResponderEliminarSiempre sorprendente Cristina.
Besos!!
Me alegro de seguir sorprendiéndote José Luis :)
Eliminar¡Un abrazo!
Es hermoso como cada detalle que compartes... pensamientos y sentidos se fortalecen con tus palabras... saludos amiga... besos..
ResponderEliminarMuchas gracias, de verdad.
EliminarUn abrazo :)