Caducos travestidos



Eligió el traje de muda para no gritar y tatuó en su cara de niña una sonrisa perenne. Sólo descansaba tras la puerta que custodian aquellos que engañan, arañan y dañan.  Y claudicó exhausta ante los imposibles contra los que tanto quiso combatir. Sólo su corteza se vestiría de superheroína. 

Comentarios

  1. ¡Celebro volver a leerte, celebro que hayas vuelto o yo...! No importa, vendré despacio a recorrerte.
    Un gran abrazo.

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