Charcos de cristal
A tientas tienta a la tentación.
Pero a solas le asola la soledad.
Pasea vestida con sábanas de agua por donde nadie pueda hacer ruido. Con pasos vacilantes y mirada perdida no sortea los charcos. Los aniquila impasible y rompen a llorar. Y con cada nuevo paso sólo reclama un susurro, una mano en el aire o el tímido aplauso del latir de un corazón. Pero no hay nada. Y no cesa su automatismo infinito, incansable, imperturbable. O eso quiere pensar.
(No) le gusta cuando callas, porque estás (como) ausente.
has roto con tu charcos los cristales más afilados de un agua que duele beber pero tienta con cada sorbo de poesía pura.
ResponderEliminares precioso, cristina.
un besazo.
La lluvia algo traerá, seguro. O el sol del verano. Y, aunque sea preciosa la imagen de las sábanas de agua y los charcos llorando, nunca faltará una mano en el aire.
ResponderEliminarO en los ensueños.
Besos piratas!!