Tiritas para el mal sabor de boca

Entonces, con la boca teñida de amargura, deslizas tu silla lentamente. Lo harías con brusquedad, pero ¿cómo imaginar que, acostumbrada a tanto lujo, iban a pagarte con semejante porquería? Así que, incrédula y pasmada, comienzas a caminar despacio. Tal vez busques una explicación: no existe. La decepción te embarga, sólo te queda eso. No importa que reservemos mesa rosa para cuatro y nos embriaguemos de vinagre y patatas sabor jamón, porque cuatro cerebros tampoco descifrarán el acertijo. Hay jeroglíficos que se escapan de toda lógica, salvo la de quien lo ideó.
Aunque parezca imposible poner un parche, hay enfermeras capaces de todo, relaciones públicas que intentarán analizar la situación e ingenieras que diseñarán los vectores del plan de actuación.
Todo se acaba. Hasta la sopa fría se evapora.
El problema es que los cinco tenedores son imposibles de olvidar y la sopa fría tarda mucho en evaporarse... Gracias por todo!
ResponderEliminarEste es nuestro gran, grande postmodernismo -que yo llamo modernismo tardío-: Mediocridad y decadencia por doquier.
ResponderEliminarUn abrazo.