Paranoias de un viaje en tren, 1/2
Los rayos, incisivos,
me acosan sin preguntar,
sin pensar en que disfruto
cuando atraviesan el cristal.
Yo no voy a decir nada,
será mejor callar,
me dijeron que las palabras
llegan a secar un mar.
Si son capaces de eso,
niña, no quiero pensar
cuán peligroso es un verso
cuando esconde una verdad.
Así que si algún día piensas
que no te quiero cantar,
recuerda que un mal acorde
puede todo estropear.
No es cuestión de orgullo
o de que me vaya a avergonzar,
es que si te hablo en silencio
podremos escuchar el mar.
Así que dame tus ojos,
pedacitos de cristal,
y en el más mudo momento
digámoslo sin hablar.
me acosan sin preguntar,
sin pensar en que disfruto
cuando atraviesan el cristal.
Yo no voy a decir nada,
será mejor callar,
me dijeron que las palabras
llegan a secar un mar.
Si son capaces de eso,
niña, no quiero pensar
cuán peligroso es un verso
cuando esconde una verdad.
Así que si algún día piensas
que no te quiero cantar,
recuerda que un mal acorde
puede todo estropear.
No es cuestión de orgullo
o de que me vaya a avergonzar,
es que si te hablo en silencio
podremos escuchar el mar.
Así que dame tus ojos,
pedacitos de cristal,
y en el más mudo momento
digámoslo sin hablar.
Un ritmo exquisito. Un abrazo.
ResponderEliminarDecir sin hablar...
ResponderEliminarLos signos se hacen mudos y las palabras vacío.
Besos!