Todavía
Aún puedo sentir tus manos
sumergidas en algodón,
reptando sigilosas, discretas,
tímidas como un ratón,
mientras buscaban, a tientas,
que las encontrase yo.
Aún puedo sentir tu pecho
vibrando y latiendo al son
de los besos que compartimos
hasta que se durmió el sol
y nadie sabía que entonces
éramos uno los que fuimos dos.
Aún puedo sentir tus labios
rozando mi piel, y el color
de cada palabra que musitaste
embriagado por el sabor
del placer de esos instantes
que le robamos al reloj.
Gracias por estos versos -no por ser dedicados a mí, aclaro-, le añaden a la literatura, revitalizan tu oficio y creas bellas letras (obligación de los escritores). Sigue cultivando perlas. Un abrazo.
ResponderEliminarSentimiento a flor de piel. Nada más auténtico que lo que escribimos con el corazón.
ResponderEliminarSigo siguiéndote, amiga lejana.
Un beso!
Te encntre en lo de julio y me gustó como escribes un saludo desde miami
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