Inocente, inocente
La inocencia del veintiocho se bate en duelo con la realidad. Los muñecos de papel rivalizan con tubos de hierro cargados de magnetismo que dictaminan el futuro que vendrá. Las bromas baratas de manual compiten con ceremonias que deberían aplazarse por Navidad.
Se va el veinte diez. Vestido de gala reposando en el armario. Mil besos puestos en espera hasta el cercano día uno; novecientos noventa parecerán fabricados el Día de los Santos Inocentes.
Yo no me aburro tanto, pero tu blog me encanta, jajajajaja. Escribes muy pero que muy bien. Y por supuesto te sigo. Un beso y que tengas una buena entrada de año. Voy leyendome tu blog, ya te contaré. :)
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