Cuando el mundo gira en torno a las cuatro Pes

Un viaje solitario desde Siberia hasta Liberia en autobús no porta consigo el mayor de los suplicios. Mis queridas palatinas se acostumbraron ya a los cambios drásticos de temperatura y la baba de caracol me acompaña a diario en cuanto me enjabono la cara antes de dormir.
Hacer una lista de la compra es inútil si la olvidas en casa o si los pros y los contras se quedan en el bolso mientras te dejas cautivar por las calorías que se cuentan de cien en cien. Y es que lo que algunos dicen que es malo, resulta tentador y sabroso. Lo que esos tipos - y tal vez vosotros - no recomendáis, es duro rechazarlo si está al alcance de la mano.
Yo no soy culpable de darme de bruces con lo apetitoso que los sabios del marketing colocan a la altura de mis ojos. No me veo capaz de decir que no. De momento... intentaré un sí.

Comentarios

  1. Di que sí... inténtalo!!!

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  2. Así que la gran María V. se pasa por mi blog de vez en cuando!! Gracias ;)

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  3. En ocasiones, más que sabios de marketing son los labios del marketing los que nos miran a los ojos.
    Romanticismo en el XXI!!!
    Abrazos varios!!

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