Nunca imaginé que mi coraza fuese una caja negra. Siempre he sido vulnerable, "frágil como pompa de jabón", sabios Pereza. Supongo que los años endurecen. El callo se hace mayor cada vez que hacemos fuerza y hoy mis poros escupen sudor. La imaginación es odiosa, a veces dolorosa, como mis tímpanos, que retumban cuando escuchan lo que sabían sin escuchar. Está prohibido retumbar. Está prohibido pensar. Está prohibido sentir más de lo que a ti te puedan dar. No duele, sólo pincha, y las espinas se quitan con los dedos sin que llegues a sangrar.

Ya llegó el miércoles. ¿Qué tal?

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