¿Y si me como el mundo con patatas?
A veces amanece y tienes que abrir los ojos. Entonces, cuando ves las rayitas de luz que entran por la ventana, piensas... Hoy me voy a comer el mundo. Pero te das cuenta de que el mundo es muy grande y que, aunque cierta serpiente sea capaz de comerse a cierto animal del tamaño de un caballo, tú no eres esa serpiente. Así que das una última vuelta en la cama, con los ojos de nuevo cerrados, y deseas volver a abrirlos y que todo sea como ayer. O como hace un año. O como en tu otra vida. Quién sabe. Ya no recuerdas cuándo las cosas eran como a ti te gustaba que fuesen, ni cuándo el aire olía a galleta y simplemente morder la vainilla flotando ante ti hacía que brotase en tu cara una sonrisa.
Tal vez el mundo fuese más comestible hace tiempo, cuando tu mundo eran sólo esos sueños que tenías cuando no pasabas del metro veinte. "Yo de mayor quiero ser médico". "Yo astronauta". Qué simple era llegar a la luna andando en bicicleta y operar a tu muñeca con la simple ayuda de un lápiz y las tijeras de cortar papel.
Cuando era pequeña siempre quise crecer. Ahora que crezco... creo que paso de las alas de mariposa. Sólo me queda encontrar la forma de que no sigan creciendo. De momento, cerraré los ojos, y mañana veré si tengo apetito suficiente para comerme los mundos de tres en tres.
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